AÑO 2001, ANOETA ROJILLA; AÑO 2007, TXURI-URDIN EL SADAR

Fdo.: José Javier Echeverría Barbarin

Ni un solo pintxo pude comer en los bares del casco viejo donostiarra el día que Osasuna debía ganar a la Real para no bajar a Segunda. Algo en mi garganta evitaba que tragase. Ni siquiera me ayudó la rotundidad con la que nuestros “hermanos guipuzcoanos” me aseguraban, que si de ellos dependía, aquella noche, los rojillos nos bañaríamos en la playa.

Mucho se ha hablado desde entonces, y más esta semana, de cuando tendríamos la oportunidad de devolver a la afición txuri-urdin su comportamiento antes del partido, durante el partido y después del partido.

Para quien no lo sepa, no se acuerde o le interese olvidar, aquel día las peñas blanquiazules celebraban su fiesta y la directiva había priorizado las entradas libres para que fueran retiradas por los socios de la Real. Muchos de los cuales acudieron a las taquillas de Anoeta para conseguir los preciados pases, no para ellos, sino para amigos y familiares rojillos. Doy fe, por que estuve allí, acompañado de mi sobrina “guiputxi” quien me consiguió los abonos, que desinteresadamente nuestros amigo guipuzcoanos permanecieron más de 8 horas a la espera de sacar la entradas que viajarían destino de ida y vuelta, cual burundesa en domingo playero, Donosti-Pamplona, Iruña-San Sebastián.

Durante todo el día del partido, ganándose el derecho eterno a perderse por nuestros montes buscando setas, la afición de la Real , nos acompaño en nuestra angustia, como amigo del novio o sacerdote en el patíbulo. En el estadio nos cedió sus asientos y durante el partido animo a los nuestros. Llegando a silbar a alguno de los suyos.

Y al acabar el partido, con el mutuo objetivo cumplido, nos miramos a los ojos, comprendiendo lo que allí había ocurrido. Sabiendo que sí algún otro día, pasadas muchas temporadas, nosotros éramos los amigos del novio o el sacerdote en el patíbulo, sabríamos estar a la altura de las circunstancias.

No importa lo que digan los jugadores de Osasuna, lo sientan o no, no pueden decir otra cosa. No importa que alguno de ellos salga al campo a derrotar a la Real , llegaron a Osasuna más tarde. No importa que los de fuera hablen, porque lo seguíran haciendo sea cual sea la actitud de los rojillos, siempre que el resultado les perjudica. No importa que falte un punto para la salvación matemática, pues cuando nos faltaban tres, nos ayudaron a conseguirlos. Solo importa que por un día, el más trascendental para la afición txuri-urdin en los últimos años, la Real reciba el apoyo de la mejor afición de mundo, la de Osasuna.

Bat, bi, hiru, lau, OSASUNA, …. REAL.