AZNAR: "Fidel Castro nos roba el oro"

Fdo. José Javier Echeverría Barbarin

El Presidente del Ejecutivo español se ha visto en la obligación de interrumpir sus vacaciones en la localidad mediterránea de Oropesa del Mar, para salir al paso de la decisión del Comité Olímpico Cubano de negar el permiso para que Niurka Montalvo represente a España en los próximos Juegos Olímpicos de Sydney.

  En un encuentro informal ante los periodistas que cubren las vacaciones del Presidente, éste mostró su malestar ante la perdida de una, más que previsible, medalla de oro en los próximos JJ.OO. de Sydney. También quiso informar a los periodistas que ya se había dado orden a los ministros de Exteriores y Deportes para que, inmediatamente, se pusieran a trabajar con el objeto de recuperar el oro que Fidel Castro estaba robando a toda España con esta decisión. En este sentido, dos son las instrucciones concretas que les ha dado: una, la firma de un convenio bilateral con los Estados Unidos de cara a endurecer el bloqueo a la isla caribeña; dos, iniciar una nueva reforma de la Ley de Extranjería en la que se exija acreditar unas marcas deportivas que garanticen la consecución de medallas olímpicas, como requisito para obtener el permiso de residencia en territorio español.

  Como ya habrá podido descubrir estas declaraciones no se han producido, aunque tengo mis dudas de que no lo haya pensado. Es claro que otras son las preocupaciones que el Sr. Aznar debe tener en la cabeza, como las tenemos todos, pero mientras nuestros políticos se dedican a buscar la mejor solución para poner fin a este " sinsentido", permítame la licencia de reflexionar en voz alta sobre el deporte.

La práctica deportiva puede ser planteada desde una triple perspectiva. Individual , la del propio deportista que persigue su satisfacción corporal, material o espiritual. Colectiva , la de los aficionados que se identifican con el devenir de aquellos deportistas por razones nacionales, raciales o de proximidad. Política , la de los representantes públicos que buscan fotografiarse junto a los deportistas triunfadores, bien porque desde su responsabilidad han facilitado la consecución de tales éxitos o bien por simple afán de chupar cámara, venga o no a cuento.

Por lo que hace referencia a la visión individual , como practicante de varios deportes, confesar que no obtengo ningún tipo de satisfacción. Mi cuerpo me agradece que no los practique; me gasto mi dinero en tobilleras, rodilleras y réflex, mucho réflex; y mi espíritu se queda por los suelos cuando mis amigos me aconsejan que me quede mirando.

Si analizamos el deporte como un hecho sociológico o de masas, el móvil que me lleva a esconderme en esa masa es el de la proximidad: Proximidad territorial, en cualquier competición en la que pueda participar como espectador, siempre tomare partido por aquel que esté cerca de mí geográficamente hablando (mi barrio, mi pueblo, mi comunidad, mi Estado...); Proximidad afectiva, la relación personal que pueda tener con un deportista es determinante a la hora de apoyar su trayectoria (- sabes, el que lava la ropa del Numancia es primo segundo mío-); Proximidad social, mi pertenencia a una clase social baja me coloca, en caso de confrontación deportiva, siempre del lado del débil (!!!que dura es la vida del pobre¡¡¡)

Este criterio, a pesar de su aplastante lógica, no es necesariamente el principal motor de las masas deportivas. Son los estímulos, que no las razones, de carácter nacional o nacionalistas las que, con mayor fuerza, hacen surgir las pasiones y los odios en el ámbito deportivo. No solamente por el hecho de que las competiciones deportivas más seguidas sean las de confrontación entre países (¿qué me dicen de Manolo el del bombo?), sino también por el papel que juegan algunos equipos deportivos como símbolo de anhelos independentistas (Ya somos cuatro, ya somos cuatro, ya solo falta.....¿?), o, incluso, en los casos más extremos, llegando a restringir su participación a aquellos deportistas que hayan nacido en un ámbito nacional determinado ( - es que, sabes, hace seiscientos años La Rioja pertenecía al Reino de Navarra- ah, pues vale). Desgraciadamente la diferencia de raza, que hasta ahora sólo entraba en las mentes más cerradas, empieza a brotar de manera preocupante en el deporte (y sino que se lo pregunten a Benjamin, donde se ha visto un negro con RH negativo).

El tercer, y último punto de vista a la hora de analizar el deporte no es otro que el que tienen los políticos . Bueno, sólo los políticos que están en el poder, pues son los únicos que salen en la foto. Los de la Oposición , ni aunque se muevan. A estos, con tal de chupar cámara les vale cualquiera de los estímulos antes mencionados. En realidad les es suficiente con encontrar uno con el que justificar su presencia en las proximidades del pódium. Primero se le mira el D.N.I.; si resulta que no tiene, se le busca el árbol genealógico por si su abuelo es gallego. Si no ha habido suerte, se echa mano de la historia (! para algo tuvimos Colonias en ultramar¡). Que tampoco, pues a buscar otro deporte. Ahora bien, habrá que decir que esto no sería especialmente bochornoso si el "triunfador/a" en cuestión ha surgido de la conjunción entre la capacidad y el esfuerzo del deportista y el apoyo formativo, dotacional y económico de la Administración. Pero cuando lo que se pretende es rentabilizar políticamente los éxitos deportivos a base de talonario, sin haber aportado un ápice a la formación del ahora campeón, sencillamente enrojece.

Y, llegados a este punto, es cuando retomamos el tema de Niurka Montalvo y " el oro que Castro quiere robar a España" . Son evidentes las razones por las cuales a esta mujer, de raza negra, sustrato social bajo y nacida allende nuestras fronteras, el Ministro de Interior, Sr. Mayor Oreja, no aplicaría nunca la Ley de Extranjería: la atleta cubana no entró en España en patera, sino que lo hizo saltando y con un oro debajo del brazo; medalla que va a permitir a más de uno sacar pecho y derramar alguna lagrimita al son del himno, mientras la rojigualda ondea en lo mas alto. MISION CUMPLIDA.

  Y yo me pregunto: ¿Dónde queda la ayuda al deporte de base?. Y seguidamente me respondo: !Para que¡. Mientras sigan existiendo países en el tercer mundo donde una de las pocas posibilidades de salir a flote sea el triunfo deportivo. Mientras haya países ricos que estén dispuestos a pagar generosamente a quienes vistan sus colores. Mientras sea más cómodo ir a la joyería a comprar el oro fundido que dedicar tiempo y esfuerzo a escudriñar la montaña en busca de esa pepita, lavarla y darle forma. Repito: !Para que¡.

¿Y que puede hacer ese Estado ante la marcha de sus deportistas a países donde, dado su superior nivel económico, pueden proporcionar a los campeones un nivel de vida por encima de aquel que nunca podrá darle el Estado de origen, quien le formó y ayudó cuando no era nadie, deportivamente hablando?

Como siempre, los "poderosos", con el único objeto de no matar la gallina de los huevos de oro, aprobaron la Norma 46 de la Carta Olímpica según la cual "el país de origen de un atleta tiene la facultad de autorizar o impedir a ese deportista que represente a otro país mientras no hayan transcurrido tres años desde la adquisición de la nueva nacionalidad". Pero como dice el saber popular: Los ricos están por encima de la Ley , y al pobre sólo le queda poner la mano, a la espera de recibir algunas monedas. Y que no nos quepa la menor duda que, a pesar del orgullo del pueblo cubano, el asunto "Niurka Montalvo" se resolverá de esta manera. El humilde ha sabido siempre que el orgullo ni cura las enfermedades ni alimenta a los hijos.

Y si después de todo lo escrito usted, querido lector, no esta de acuerdo con mis planteamientos socio-deportivos, sospechando de mi posible afinidad político-afectiva con la Cuba de Castro, no me queda sino pedirle un segundo esfuerzo consistente en releer este artículo, eso sí, cambiando a los protagonistas del mismo. Donde dice " Cuba" lea "Osasuna"; sustituya "España" por cualquiera de los "Grandes" de la Liga de las Estrellas (por ejemplo, el Atletic de Bilbao ); entienda "cláusula de rescisión" cuando hablo de la "Norma 46 de la Carta Olímpica " ; y, por último, en lugar de "Niurka Montalvo" piense en cualquiera de los jóvenes jugadores de la cantera de Osasuna (¿le parece bien "Pablo Orbaiz" ?).

No se asuste si después de esta segunda lectura esta algo más de acuerdo conmigo. Piense que Miranda es Miranda y que Fidel es mucho Fidel.

NOTA: En cuanto a las mentes bien intencionadas que lo único que, como a mi, les preocupa es ver saltar a Niurka Montalvo, debo hacerles notar que el Comité Olímpico Cubano, en ejercicio del derecho que la Carta Olímpica les concede, no prohibe que participe en los Juegos Olímpicos de Sydney; sólo que durante tres años no lo puede hacer, sin su autorización, en representación de España. Por lo tanto, ¿qué problema existe en que represente a su país de origen, si tiene doble nacionalidad?. Y si Cuba se mantiene en su derecho ¿Quién será el verdadero responsable de que Niurka Montalvo no pueda acudir a lo que previsiblemente es su última oportunidad de participar en unos Juegos Olímpicos?